Hablar de Enrique Villarreal, “El Drogas” ya no es hablar de Barricada. Esta frase tan sencilla, para mí fue bastante difícil de asimilar. Un divorcio de los que dejan mella, de esos que piensas, que nunca pueden pasar. Por eso, oliéndome lo que iba a pasar, durante sus últimos meses en Barricada, reconozco que no escuché nada de Txarrena hasta poco antes de este concierto; pero los grandes siempre saben ganarse a la gente, y tengo que reconocer que después de este periodo de duelo, me he encontrado con un gran trabajo, un gran grupo y grandes canciones. Este “abuelo” de tantas generaciones del rock (y ahora también en el plano familiar) lejos de relajarse, se reinventa para seguir dando guerra en los escenarios, con su nueva gira “Te cantamos las 40”, en alusión al número de canciones que tiene en el repertorio, y en la que se abre por completo a su público para mostrarnos realmente lo que es y su nuevo proyecto de vida haciendo un repaso a toda su carrera discográfica, desde los clásicos de Barricada en el que pudimos escuchar “Oveja Negra”, “La silla eléctrica”, “Barrio conflictivo”, “Animal caliente” “Sofokao”, “Victima”, canciones con Txarrena entre las que encontramos “Frio” “Así”, “Todos los gatos” “Salvaje mirar” para acabar el concierto con “Azulejo frio”. También me gustaría destacar que nos obsequió con un adelanto de su próximo trabajo, “Libros prestados” que verá la luz en el 2013.
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La apertura de puertas, fue a las 9 de la noche, tal y como estaba previsto… y aquí fue cuando vino la gran sorpresa de la noche, y es que a los madrugadores, el Drogas acompañado de Txus Maraví nos recibieron guitarra en mano, regalándonos un mini acústico. Desde mi punto de vista, os aseguro que para todos los privilegiados/madrugadores que estuvimos allí, fue impresionante ver, oír y sentir al Drogas, ese ídolo de la adolescencia para muchos, cantando desde tan cerca y de una forma tan sencilla.
Rozando las 10 de la noche, salía la banda al completo al escenario. Un torbellino de rock que nace de la mezcla de las letras de El drogas, con la frescura de Txus y Flako junto con la fuerza de Brigi, hacen que se cree una magia especial sobre el escenario. Todos los integrantes de Txarrena juntos, en un proyecto común que promete que dar mucho de qué hablar.
Durante dos horas y tres cuartos de concierto pudimos disfrutar de uno de los más grandes del rock español, en espectáculo que desde el comienzo, mantuvo un nivel muy alto, se mantuvo estable y acabó estallando con grandes clásicos que hicieron reventar en mil pedazos la sala, y que a pesar de su larga duración, dejó al público con ganas de más. En el Pudimos ver a un Drogas incombustible, enérgico y con ganas de tirar pa´lante, con sus bastones y sus miles de muecas que lo hacen único, el Drogas de las mil facetas, de joven luchador a abuelo orgulloso; que lo mismo sale al escenario con traje, zapatos y chistera, que de pronto cambia a pantalones vaqueros cortos, con chupa de cuadros y zapatillas.
Llegados a este punto, me gustaría hacer un pequeño inciso en la gran banda de la que se ha sabido rodear El Drogas y que dan un toque muy personal y poco visto en el territorio nacional a la música de Txarrena, y que está compuesta por Txus Maraví a la guitarra, un autentico rocanrolero con carita de niño bueno, que sorprende por su elegancia y buen hacer, quizá sea quien aporte a la banda un toque de rocanrol más clásico, y eso se agradece; al bajo está Flako, bajo contundente y con ritmos muy marcados, si hay que etiquetarlo, hay que decir que es el punki del grupo, y a la bateria nos encontramos a Brigi … ¿de verdad tengo que hablar de Brigi a estas alturas?, solo decir que nos ha demostrado a todos, que es un todoterreno, y que allá donde el toque aporta fuerza y explosividad.
En definitiva, podemos decir que el Drogas, en su nuevo camino mira hacia adelante como un crio ilusionado que empieza de nuevo, pero siempre mirando de reojo al pasado, sabiendo de donde viene y todo lo que ha aprendido a lo largo de una larga vida dedicada al rock.
Texto: Miriam Rodríguez Lirio
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