
La sorpresa de la noche vino con la entrada en acción con uno de los músicos, el batería Daniel Griffin salió a tocar las "cucharitas", si si, como lo leen y es que resulta que a este hombre se le ha quedado pequeña la batería y también hace percusiones con cucharas de madera, algo muy curioso y divertido. Con esta parte, vino el momento más marchoso de la noche, tocando temas como "No soy Bob Didley" o "Como pollo sin cabeza", pero no fue más que un espejismo, ya que después continuó con la línea melódica anterior, es decir, temas lentos o no tan lentos en los discos pero con un tempo modificado para esta gira. Como punto álgido de la noche, sin duda, después de los bises, con temas como "La casa por el tejado" o "Para toda la vida" en una nueva versión, con banjo y un gusto magnifico a ranchera, sin duda lo que más me gustó de este concierto.
Para acabar, y después del segundo bis, Fito volvió primero en solitario para deleitarnos a los nostálgicos con "Al cantar" uno de los temas bandera de su anterior formación Platero y tú (que desde aquí reivindicamos de nuevo) y que muy a mi pesar fue bastante menos coreada de lo que esperaba y hubiese querido. Todo lo contrario ocurrió con el penúltimo tema del concierto "Soldadito Marinero" con el que la gente se volcó, poniendo como punto y final a la actuación "Acabo de llegar".
Esto es tan solo un resumen del primero concierto al que he ido de Fito. Adoro a este hombre, adoro su música y quizá sea por eso me quedé con más ganas de rock y de caña, como ya he dicho anteriormente, supongo que es por el formato de concierto, poco adecuado a la situación.
Miriam Rodríguez Lirio.
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